Opinión |
Parece una tontería

Juan Tallón

Escritor.

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Rompimos?

Una pareja no deja de ser una historia de certezas enlazadas a dudas

Pareja hablando / 123RF

En la larga vida de las relaciones, a veces romper significa «se acabó» y a veces «quizá continúe». Una pareja no deja de ser una historia de certezas enlazadas a dudas. Me acuerdo del mensaje que hace años un amigo, después de discutir con su novia la noche anterior, tuvo que escribirle al despertar, muy azorado: «¿Ayer rompimos?». En la biografía de la humanidad no siempre una ruptura significa inevitable, invariablemente el fin, después del cual no hay nada, salvo un nuevo comienzo, con nuevos roles, propósitos, expectativas. Sí muchas veces, obvio. Una relación en barrena alcanza un punto en el que no hay nada por delante. Tienes que girarte, y entonces contemplas el decorado de los buenos y los malos momentos. No hay nada más que lo que ya pasó, así que las partes se distancian, se reubican, etcétera. Digamos que el fin no es un juego, sino algo que implica que lo que existía se acabó verdaderamente.

Pero, otras muchas veces, la ruptura empuja a uno a un laberinto, como en las páginas de los pasatiempos, que no cierra la posibilidad de desembocar, tras un itinerario errático, en dónde se estaba. Te moviste, diste tumbos, te perdiste, tuviste miedo, y entonces te encontraste otra vez al principio. El mundo cambia, la vida muda todo el tiempo, y el diccionario se reinventa para que, en caso necesario, el fin equivalga al comienzo. Cuento esto porque una amiga ha vuelto con su pareja, con la que previamente había roto y se había reconciliado, y ya antes de eso la historia se había acabado y vuelto a empezar varias veces.

Pulsa para ver más contenido para ti

Hay relaciones cuyo final es un abanico de posibles continuaciones a lo que un día nació como historia de amor definitiva. Muchas relaciones concluyen y entonces empiezan por otra vía, o por la misma, hasta que acaban otra vez, sin descartar que ahí justo cristalice otra repetición. Los finales abiertos no representan un patrimonio de la ficción; la realidad lo anticipa todo. Algunas veces, viendo cómo nos vinculamos con los demás, se puede sacar la conclusión de que cada vez hay más relatos sin principio, nudo y desenlace: todo es continuación.

Suscríbete para seguir leyendo

¡Suscríbete y no te pierdas esta noticia!

Ayúdanos a adaptar más el contenido a ti y aprovecha las ventajas de nuestros suscriptores.

SUSCRÍBETE

Si ya estás registrado pincha aquí.

Pulsa para ver más contenido para ti
Pulsa para ver más contenido para ti