No hay un ningún espacio político más complejo y caleidoscópico que el de la antigua Convergència que, excepto el nombre, mantiene todavía intacto su inconfundible ADN y parte de su electorado. Hace unos días pasó casi inadvertido un hecho de gran trascendencia para entenderlo en toda su dimensión, cuando Jordi Pujol proclamó públicamente su apoyo a la candidatura de Junts. El gesto del expresident no es un hecho aislado, es la culminación de un proceso de restitución de su figura pública, que hace meses que se cocina lentamente, como un buen guisado. El primero en iniciar el ‘chup chup’ fue Xavier Trias invitando a Pujol al acto central de su campaña para las municipales, en la que enterró debidamente la palabra independencia para poder captar con astucia votos desde todos los espacios.
La vieja Convergència Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
¿Quién mató a Jordi Pujol?
Los que renegaron del expresident, cambiaron el nombre del partido que había fundado y huyeron de su legado político como de la peste fueron los mismos que ahora quieren restituirlo
Jordi Pujol. /
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