Desde la pandemia hemos superado un tabú, en los diarios, en las familias y en el conjunto de la sociedad. Hablamos, sin tapujos, de los problemas emocionales. El hasta ahora president de la Generalitat, Pere Aragonès, puso mucho foco en ello al inicio de la legislatura que ahora termina. Como todo movimiento pendular, los primeros tiempos han sido extremistas, hemos pasado del silencio a catalogarlo todo como déficit de salud mental y en la peor de sus consecuencias que es el suicidio. Hace tiempo que los expertos nos agradecen haber vencido el tabú, pero nos piden un reequilibrio. La mayoría de los fenómenos que explicamos tienen más que ver con el malestar emocional que con la salud mental. Es decir, que responden a desajustes pero no a patologías, ello no reduce el dolor que sienten quienes pasan por estas situaciones, pero sí que orienta las soluciones más hacia cambios de estilos de vida que hacia la medicación.
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Archivo - Ansiedad, depresión, tristeza, salud mental. /
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