Alguna vez me he preguntado qué gracia le solicitaría al genio de la lámpara. ¿La inmortalidad? No, seguro que no. Tal vez volar o la facultad de leer hasta la letra pequeña de las mentes, incluida la mía. Ser invisible también seduce, igual que la ubicuidad, el don de estar a un mismo tiempo en varios lugares. Pero no sé si podría sobrellevar la capacidad de adivinar el futuro, el favor de que gozaba la sacerdotisa Casandra, una de las figuras que han aparecido en los frescos de Pompeya recién descubiertos.
La espiral de la libreta Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La lección de los frescos de Pompeya
Las escenas mitológicas de los murales inspiraban temas de conversación a los invitados. La vida. El paso del tiempo. El individuo y el destino. Como en la antigua Roma, seguimos sin creer a Casandra
Apolo intenta seducir a la sacerdotisa Casandra /
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