“Creo que lo más prudente es aplazar la decisión de incorporarme a cualquier actividad laboral”, dijo Miguel Ángel Guzmán, exviceconsejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, empleando uno de los sinónimos más largos que hay para decir "la he cagado". Guzmán tenía una oferta "verbal" de trabajo de la aseguradora privada Asisa (con la que su departamento convenió abundantemente en su etapa) para incorporarse como directivo. O sea, con capacidad para realizar tratos con las administraciones. Su intención de comenzar a trabajar en la entidad citada ha causado un revuelo mayúsculo, una polvareda política, un cruce de acusaciones parlamentarias, decenas de tuits enconados y finalmente una investigación por parte de la propia Junta de Andalucía y su oficina de incompatibilidades, para determinar si puede o no incorporarse.
Limón & vinagre Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Miguel Ángel Guzmán, en la lista de espera de la compatibilidad
El caso Guzmán ha hecho resucitar la expresión puertas giratorias, que no terminan de ser bien reguladas en España, aunque sí estén engrasadas y transitadas
Miguel Ángel Guzmán en una imagen de archivo. /
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