Pere Aragonès, en su condición de presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, ha dado un volantazo político tan solemne como increíble, porque nadie puede creerse que la independencia de Catalunya llegará mediante un referéndum no vinculante en el que voten todos los ciudadanos españoles. De ser la vía del artículo 92 una apuesta seria de Aragonès, entonces ERC tiene un problema. En realidad, cualquier referéndum que no vaya precedido de la reforma del artículo 2 de la Constitución es un brindis al sol. El profesor Xavier Arbós suele decir que es una pérdida de tiempo insistir en no querer ver el elefante situado ante las narices, sin embargo, ahí está, se llama “patria común indivisible”.