Es un chiste tan viejo que debería estar descatalogado, pero hay gente empeñada en mantener su vigencia. “¿Para qué perder el tiempo en debatir algo si lo podemos resolver a hostias?”. La versión original del chascarrillo situaba tan sesudo análisis en una conversación entre vascos, pero me temo que la mancha de aceite se ha extendido, con Madrid como principal caja de resonancia. Porque ese Madrid, donde la presidenta Ayuso y el alcalde Almeida le han cogido gusto al deje macarra en sus invectivas contra la izquierda, no admite debates. Leña al mono. El último ejemplo lo tenemos con el comentario de Yolanda Díaz sobre si es sensato tener restaurantes abiertos de madrugada. Y ya no tanto porque fuera una propuesta confusa, que ella misma tuvo que matizar, sino porque la reacción del PP madrileño resultó tan desmesurada que tapona cualquier atisbo de discusión racional. El “antes se cierra Sumar que un restaurante en Madrid” o un tuit de la propia Ayuso, “nos quieren puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes” certifican que el diálogo es una utopía.
Debate político Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La capital de la bronca
Ahora mismo, el ambiente en Madrid recuerda a los últimos años de Felipe en el Gobierno. El “¡váyase, señor González!” ha mutado en “¡deroguemos el sanchismo!”, pero es la misma guerra
"Antes se cierra Sumar que un restaurante en Madrid": la irónica respuesta del PP de Ayuso a la última propuesta de Yolanda Díaz
Del felipismo al sanchismo: dos presidentes en el ojo del huracán
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. /
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