50º aniversario de la muerte de Puig Antich Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¡Ay Lluís (Llach)!

Lluís Llach.

Escuchándote hablar el otro día sobre Puig Antich, recordé cuando coincidimos en la facultad de Económicas. Tú estabas a punto de incorporarte a los Setze Jutges y yo acababa de ingresar en el PSUC. Siempre pensaba que tu compromiso era más valioso que el mío. Al fin y al cabo, yo había nacido en el exilio, mientras tú eras hijo de una familia franquista. No era tan extraño como puede parecer, porque los dos formábamos parte de un anchísimo movimiento que estaba tomando cuerpo en Catalunya. Estábamos todos. Los hijos de quienes habían perdido la guerra y quienes se identificaban con siglas e idearios propios de los nuevos tiempos. Todos teníamos nuestras querencias, y nos discutíamos por saber si era mejor ir por aquí o por allá, hacer esto o lo otro. No obstante, cuando pillaban a alguien, era como si pillaran a cualquiera de nosotros. Si alguien iba a prisión, todos nos sentíamos concernidos. Y cuando condenaban a muerte a un antifranquista, nos estremecíamos y hacíamos lo que podíamos para evitarlo.

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Lluís Llach