Gárgolas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Navalnaya en Tebas

Tenía razón Steiner. El mito pervive a través de los siglos y siempre es una lucha entre el tirano que prescribe la ley y la humanidad que lo desafía.

Ultimátum del Kremlin a la familia de Navalni: o celebra un funeral secreto o es enterrado en la cárcel

imagen del opositor ruso Alexei Navalni / Roberto Moldano

Estamos en Tebas, en el siglo V antes de Cristo. O mucho antes. En la lucha por el poder, Eteocles y Polinices, hijos de Edipo, que les había maldecido antes de morir, se matan entre ellos en una batalla cruenta. El segundo ha atacado a Tebas con siete caudillos de Argos. Creonte, el nuevo rey, tío de los jóvenes, decide que el primero debe recibir sepultura como legítimo defensor de la ciudad, mientras que el cuerpo del segundo será dejado a la intemperie, “sin honor”, para que lo devoren los perros y los cuervos. Antígona, hermana de ambos, desobedece las órdenes de Creonte porque cree que es más noble y más adecuado seguir las leyes divinas que las humanas. Después de limpiar el cuerpo de Polinices lo sepulta con los ritos funerarios que corresponden. Creonte, descubierto el delito de Antígona manda que sea enterrada viva en una cueva. Al poco, ella se suicida. "Antígona", de Sófocles, es, para George Steiner, el caso más extraordinario de "permanencia y reiteración de un tema dramático a lo largo de la historia".