Un convite con "maricas", políticos, enamorados, tríos, curas y santas

Si la fiesta de Santa Eulalia fuera una cena en lugar de una comida les aseguro que estaríamos hablando durante mucho tiempo de las consecuencias. Y digo esto porque la complicidad que se vive en la sala La Paloma entre los casi 600 invitados por el Gremio de Restauración solo podría traer cosas buenas… O sea, nuevas amistades, negocios e, incluso, algún que otro romance. Fue curioso observar como el president, Artur Mas, conversaba con el padre Apeles al mismo tiempo que estrechaba fríamente la mano, pero con su habitual educación, a Carlos Carrizosa, de Ciutadans. De manera mucho más afectuosa y durante un buen rato departió con el president de la Camàra de Comerç, Josep Santacreu. Y como el presidente fue de los más solicitados, también se le acercó el excéntrico empresario y exconcejal del PP, Josep Bou. Charlaron un buen rato. Quizá Bou le trasladó a Mas su deseo de volver a la política… Antes del inicio del acto, Mas saludó a Ada Colau, que acabó sentada junto a Helena Rakosnik y el propio presidente. Un trio más que curioso. La exalcaldesa está feliz. Se le nota en la cara. Me cuenta que ha recuperado su vida privada, pero que anda preocupada por el futuro de la ciudad. Ella, como muchos, detecta que Collboni no tiene ganas de pactar con nadie porque está encantado gobernando en solitario. El alcalde, que mantuvo siempre una distancia con Colau, también estaba en su salsa. En su discurso, Jaume Collboni, explicó la amistad que le une desde hace años al periodista elegido para loar a la homenajeada, Lola Herrera. Me refiero a Jorge Javier Vázquez. El popular presentador, ahora en paro, explicó las diferencias existentes entre los maricas de Madrid y Barcelona. Pues sí, dijo, textualmente: "Aquí los maricas son más ilustrados". Y acabó explicando que en la capital algunos de ellos "incluso votan a Ayuso"... No le gustó la broma a Daniel Sirera, que disimuló mirando el móvil. En fin, que Jorge Javier se mostró colauista, pero feliz de que ahora el acalde sea su amigo Collboni. O sea, que quedó bien con los dos. Luego, Lola Herrera, que nadie diría que tiene 88 años, realizó un fantástico discurso mostrando su amor por Barcelona, por los catalanes y por Catalunya. Empezó a salir el catering de Red Fish mientras la gente se lanzaba de cabeza a por las ostras. Entre bandeja y bandeja fue una alegría encontrarme con Enric Canet. El más sensato de los presentes. Barcelona necesita más Enrics Canets. Este estimado activista social, cura, licenciado en Biología y alma mater del Casal d’Infants es una de las personas con más sentido común de la ciudad. Otra satisfacción fue reencontrarme con los periodistas Oriol Nolis, que tras dejar TVE y tomarse unas buenas vacaciones pronto tendrá un nuevo programa a nivel nacional, y Eva Arderius. Por suerte para los barceloneses y pese al conflicto laboral que se está viviendo en la televisión de Barcelona, Eva seguirá presentando el programa Bàsics. Vimos algo despistado al que fuera secretari general del PSC, Josep Maria Sala, y al líder de VOX, Ignacio Garriga. Por el contrario, irradiaba felicidad y recibía cariño la exconcejal, Rosa Alarcón, al reencontrarse con amigos y conocidos tras tener que dimitir de sus funciones políticas por enfermedad y reconvertirse en una tiktoker activista de obligado seguimiento. No paraba de saludar el gentelman y propietario de la tienda Santa Eulalia del paseo de Gràcia, Lluis Sans. Lucían su habitual y sincera sonrisa la teniente de alcalde Maria Eugénia Gay y su buena amiga, presentadora y modelo italiana Renata Zanchi. Cerca de los canapés me crucé con la eterna pareja de enamorados que forman el actor José Corbacho y la coach de vida saludable Mónica Mercadal. El guapo del Tricicle, así se declara Carles Sans, llegó con su mujer, Maria Antonia Rodríguez, por supuesto infinitamente más guapa que él. A Albert Ortas, de Intermedia, le vimos controlándolo todo -la agencia se encargaba de la comunicación del acto-, y a Ramon Agenjo y su hija Silvia les saludaba tanta gente como a Artur Mas. El publicista de moda, Enric Jové, también fue muy solicitado, mientras la sumellier Meritxell Falgueras repartía simpatía. Pues sí, un éxito total del presidente del Gremio de Restauración, Salva Vendrell, y sobre todo de su director general Roger Pallarols. El poder de convocatoria exhibido parece insuperable. Pues eso, que uno no quiere ni pensar que ocurriría si un día lo convierten en una celebración nocturna…

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