Auri es una taxista con 15 años de profesión en Barcelona. Hace una semana denunció a un cliente que se masturbó durante una carrera. Auri tuvo que acudir a los medios porque los protocolos de la policía municipal no fueron suficientemente diligentes. Gisela Macedo, una de las periodistas del prometedor equipo de información municipal que dirige en el diario Txell M. Pauné, ha hecho lo que corresponde y ha entrevistado a otras taxistas de la ciudad condal. Lo que le han contado es vergonzoso para el género masculino. Que un tipo se masturbe en el asiento trasero de un taxi o que pretenda magrear a la conductora es indicativo de una determinada manera de entender la masculinidad que ya es en sí misma una vejación y que inicia la espiral que acaba en los abusos y en las violaciones.
Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La taxista Auri y el machismo banal
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