No es fácil convivir con la enfermedad. Sí, presentada con el artículo determinado delante, pues, aunque hay afecciones más terribles que otras, la condición es siempre la misma: el destierro del país de los sanos. No con esas palabras exactas, pero sí parecidas, lo describe Christopher Hitchens en 'Mortalidad', las memorias en las que narra los 18 meses de tormento que pasó desde que le diagnosticaron cáncer de esófago hasta su muerte, el 15 de diciembre de 2011. El escritor, un polemista brillante, experimentó, durante el tratamiento y su ulterior agonía, la transformación que todo enfermo padece y ante la que nada puede hacer: un drástico cambio, irreversible, en la relación con el mundo que le rodea. Para entender lo que le sucedía, Hitchens recurrió a las palabras, porque solo hay un modo cuerdo de intentar comprender lo que la enfermedad comporta, y ese es la escritura.
Verdiales Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La vida enferma
He regresado a las páginas de Anatole Broyard porque estoy lidiando con los peores momentos, en forma de memorias, de las dolencias que acabaron con la vida de mis padres
Un paciente.
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