El problema del Barça no es su presidente, Joan Laporta. Tampoco el entrenador del primer equipo masculino, Xavi Hernández. El problema del Barça es la mala digestión que los socios, los directivos y los técnicos hicieron de la era Messi, que este lunes volvió a ser 'The Best', ahora sin el Barça. La mítica historia de las servilleta en la que Reixach estampó su firma a cambio de un tratamiento para sus problemas de crecimiento ha ocultado durante una década las debilidades de un club que lleva demasiado tiempo pensando que es más que un club. Pero la realidad se ha acabado imponiendo. Sin Messi al Barça le cuesta incluso ser un club, especialmente un club propiedad de los socios. La mala clasificación en la Liga y la bochornosa derrota ante el Real Madrid en la final de la Supercopa han puesto en evidencia la crisis larvada que vive el club.
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La tozuda realidad del Barça
Laporta y Messi /
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