Deporte de contacto Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

La esencia

El boxeo nos proporciona un espacio en el que recuperar y mostrar la esencia desnuda de lo que somos: seres que de vez en cuando necesitan liarse a golpes, aunque moleste

Habitación de la rabia en Vilanova i la Geltrú

Nayanesh Ayman, el campeón que aprendió a boxear para defender a su madre del maltrato

Juegos Bolivarianos: Boxeo / Efe

No quiero ponerme frívola hablando de temas tan serios, pero el auge del boxeo entre la gente joven a ratos me recuerda a la moda de esos locales donde puedes ir a romper cosas por un módico precio. Habitaciones de la rabia, les llaman. Se publicitan con curiosos eslóganes: ¿Alguna vez has querido destrozar algo a golpes después de un largo día de trabajo? ¿Por rabia, por estrés, simplemente por diversión? El precio de entrada incluye material de protección y objetos de tamaño medio, como platos o botellas (¡qué placer, el de destrozar la vajilla!). Y si lo que quieres es aporrear cosas más grandes, desde televisores a neveras, existe la posibilidad de contratar este servicio por algo más de dinero. Qué maravilla. Qué útil que exista un lugar donde puedas ponerte bruto sin que nadie te denuncie, se cabree, te reproche, o salga herido. Ni siquiera tú, claro, porque como afirman todos ellos «la seguridad es lo más importante para nosotros», así que facilitan al destrozador casco, guantes y protecciones especiales para que pueda romper sin romperse.

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