NEWSLETTER Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El espíritu de la Navidad

Un grupo de paseantes echan fotos a las luces de Navidad del paseo de Gràcia / EPC

No és fácil salirse de los tópicos en estas fechas. Se corre el peligro de un exceso de edulcorantes o de frialdad. Ciertamente, las tradiciones tienen mucho de inercia lo cual dificulta cualquier cambio. Uno de los filósofos más brillantes del momento, Josep Maria Esquirol, lo resume con una palabra: desorientación. Celebramos la Navidad desorientados. Vivimos dos episodios bélicos graves, quizás de los más graves desde el final de la Guerra Fría. La inflación vuelve a azotarnos y alienta a la extrema derecha como hace un siglo. La polarización política nos somete a una tensión mediática que no se corresponde con nuestro día a día. Queremos quemar móviles en la hoguera mientras llamamos inteligencia artificial a lo que no lo es. Dudamos de la educación que ofrecemos a nuestros hijos. Un club con una décima parte de presupuesto que los dos grandes es líder de la Liga. Las mujeres han tumbado a la caspa del fútbol sin la más mínima ayuda de los hombres. Sí, estamos desorientados. La magia del pasado sirve ya únicamente para amparar un consumo que tiene poco sentido.