Crisis hídrica Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

No es el agua, somos nosotros

La solución al problema del agua de Barcelona no puede ser exprimir una vez más al territorio sino replantearnos en serio nuestro sistema de vida

Los colegios de ingenieros proponen construir una tubería para trasladar agua del Ebro a Barcelona

Traer agua potable en barco a Barcelona duplicará su precio

Vista de las tuberías del minitrasvase del Ebro a Tarragona. / (archivo) EFE / JAUME SELLART

Ante la falta de agua, ocurrencias. Diversos colegios de ingenieros y economistas han lanzado una nueva propuesta que en realidad es muy vieja: construir una inmensa tubería para enviar agua del Ebro a Barcelona. Más que de una obra, se trata de un burdo eufemismo para designar el puro y duro trasvase de toda la vida, por mucho que lo minimicen diciendo que no se añadiría más caudal de agua al máximo ya permitido y hoy no utilizado. El argumento base de la propuesta es que, en previsión de la cada vez más asfixiante falta de agua, las necesidades hídricas de Barcelona solo pueden garantizarse desde el Ebro. Uno de los principales problemas de la propuesta es que nos pongamos a hablar de tuberías antes que afrontar el verdadero tema de fondo, que no es otro que el cambio climático, el elefante en la sala que preferimos hacer ver que no está. La escasez de agua nos está enviando sin prisa pero sin pausa hacia dilemas muy parecidos a los que ya tuvimos que afrontar con el reto del covid. Lo que es indudable es que si no hay agua suficiente, es una tomadura de pelo que Barcelona se plantee ir a buscar el agua al denostado y olvidado Ebro, el territorio del que solo nos acordamos cuando nos falta agua. La solución que proponen algunos es exprimir todavía más los recursos del humillado sur, que queremos que nos cultive las frutas que comemos, eso sí, cada vez más baratas y con menos agua.