En los años 60, el sociólogo Everett Hughes se preguntó por el papel de la "gente de bien" alemana en el Holocausto y se dio cuenta de que quienes hicieron el "trabajo sucio" actuaron, en alguna medida, como agentes de los demás, que preferían no saber. Unos 60 años después, el periodista Eyal Press, de la escudería de la revista 'The New Yorker', se ha interrogado sobre quiénes se encargan de las faenas esenciales que nos repugnan pero que consentimos. El resultado es 'Trabajo sucio' (Capitán Swing), en el que no solo aparecen el empleado de matadero o el carcelero. También el operario de plataforma petrolífera y el ingeniero de Google.
ASUNTOS PROPIOS Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Eyal Press, reportero de 'The New Yorker': "Hay trabajos moralmente sucios"
En el ensayo 'Trabajo sucio' explora oficios 'esenciales', realizados lejos del ojo público, en los que los empleados contravienen sus principios éticos
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Vigilias veganas o por qué los mataderos no tienen ventanas
Eyal Press
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