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El ‘golpe de Estado’ de Sánchez y el terrorismo de Guardiola

Si se hubiera salido al paso de la frivolidad con que se criminalizaba el ‘golpe de Estado’ de Octubre de 2017, ahora nadie en su sano juicio se atrevería a hablar de ‘dictadura’ o de ‘golpe de Estado’ a cuenta de la ley de amnistía

Feijóo acusa a Sánchez de "fraude" con la ley de amnistía y Abascal asegura que supone un “golpe de Estado”

Azcón (PP) equipara la amnistía de Sánchez con el golpe de Estado del 23-F

Manifestantes sostienen una pancarta que acusa de golpista al PSOE, el 15 de noviembre, en una de las protestas contra la amnistía ante la sede socialista de Ferraz. / José Luis Roca

Lo ocurrido en Catalunya en Octubre de 2017 ha sido calificado en infinidad de ocasiones de ‘golpe de Estado’. Por el conjunto de la derecha, sí. Pero también por activa y por pasiva por una parte de la izquierda. No solo dinosaurios del PSOE como Alfonso Guerra, hoy ya ejerciendo con plenitud de acicate de la derecha contra la izquierda. Lo cierto es que en algunos momentos incluso Pedro Sánchez ha dado alas a lo del ‘golpe de Estado’ cuando, por ejemplo, hablaba de ‘rebelión’. Esta era también la tesis del fiscal Zaragoza en el Supremo, tesis que siguió defendiendo en artículos de prensa en ‘El País’ tras la condena por sedición. Lo que no es menor cuando se cuestiona una sentencia ya severa de por sí. Miquel Iceta contaba en privado para entonces, antes del juicio, que todo lo que superara los diez años «era un desastre». Finalmente, las condenas consumaron el desastre que advertía Iceta. Pero para Zaragoza era insuficiente. Marchena fue un blandengue demasiado indulgente cuando firmó una condena que sumaba 100 años. Luego, en su particular cruzada, el fiscal del Supremo siguió a lo suyo y no dudó en participar en actos de Vox en el Parlamento Europeo para dar cobertura a esa tesis que debería enervar a cualquier persona con apego por la memoria histórica. En particular para los que siguen buscando a sus abuelos o bisabuelos. Y pronto tatarabuelos porque pasan los años y pese a las leyes aprobadas se identifican cadáveres a cuentagotas.