Opinión Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Gaza, el día después

Palestinos huyen del norte de Gaza para escapar de los bombardeos israelíes, este domingo. / IBRAHEEM ABU MUSTAFA / REUTERS

Si algo se deduce desde que Israel lanzó su respuesta devastadora a los ataques del 7 de octubre de Hamás es que el Ejército difícilmente va a poder prolongar sus operaciones por un tiempo indefinido en la Franja. La guerra debería ser corta. La frustración general en el mundo crece a medida que aumentan las víctimas mortales como consecuencia de que la batalla contra la milicia terrorista ha derivado en barbarie contra niños, mujeres y ancianos en campos de refugiados o contra heridos, enfermos y personal sanitario en hospitales. Netanyahu puede saltarse los límites que hacen de su país un Estado de derecho que merece el apoyo en defensa de su seguridad, pero cuanto peor son las consecuencias sobre la población palestina, menos tiempo va a tener para operar en Gaza. En EEUU, Joe Biden perderá la reelección el año próximo si la guerra continúa. Mientras, crecen las protestas por todo occidente, la verdadera retaguardia hebrea, y aumenta la furia especialmente en todo el mundo árabe. En medio de esta violencia salvaje solo Rusia avanza consolidando sus ganancias en Ucrania, donde el sufrimiento sucumbe en el silencio. El resto del mundo clama por un alto el fuego.