Cambio climático

Ante una nueva cumbre

En Dubái, tendremos ocasión de prestar la máxima atención a los activistas más jóvenes: tienen la edad perfecta para hacer preguntas inteligentes y sumarse a encontrar las respuestas

La COP28 tendrá lugar en Dubai, tras la anterior sesión celebrada en Egipto / Agencias

Es comprensible el cansancio del lector e, incluso, confesémoslo, el del articulista, ante la perspectiva de una cumbre más sobre el cambio climático. Los titulares, inevitablemente, constatarán que “vamos mal”. Los avances se centrarán en cuestiones un tanto técnicas; mientras, la dotación de fondos de solidaridad a favor de los países en mayor riesgo, previsiblemente, se empantanará. Los grupos ecologistas recordarán las pruebas del impacto de la actividad humana en el clima, algunas tan aplastantes como la simple comparación de glaciares de montaña en fotografías de hace un siglo y de la actualidad. Antes o después, vendrá el runrún de que el crecimiento económico no puede supeditarse a las políticas climáticas, porque “lo primero es lo primero, oiga”. Y, por si este comienzo no está resultando lo suficientemente desalentador, la próxima cumbre tendrá lugar en un país que es un gran productor de petróleo… lo que constituye una crasa contradicción, según algunos. En fin, ¿de verdad son útiles unas cumbres en las que nada cambia y se habla siempre de lo mismo? La respuesta es… pues, quizás, sí.