Transporte público Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

No me gusta la Estació de Sants

Esta infraestructura no está a la altura de una ciudad que se precie, moderna y cosmopolita

Un tren con destino a París, en la estación de Sants, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Hace un año leía en los periódicos de Barcelona que, a mediados del año 2023, se iniciarían las obras de remodelación de la Estació de Sants. Según decían, en una primera fase se ocuparían de los vestíbulos de la estación y de la plaza de Països Catalans. Estamos a finales de octubre del veintitrés y no observo ningún movimiento de obras en la estación. Soy un usuario más de los trenes de larga distancia y no dejo de sorprenderme, cada vez que subo o bajo de uno de esos trenes, al llegar o salir de Barcelona. Esta infraestructura no está a la altura de una ciudad que se precie, moderna y cosmopolita. Las estaciones de ciudades grandes suelen ser bulliciosas; este año se espera recibir en Sants más de 58 millones de pasajeros y es normal que, con lo que tenemos ahora, sea del todo insuficiente. Es especialmente grave la zona de embarque y desembarque. Los accesos son estrechos, con apeaderos con anchísimas columnas que obligan a alinearse a los pasajeros que abordan el tren, teniendo en ocasiones que aproximarse peligrosamente a las vías. La temperatura, especialmente en verano, es más propia de un microondas que de una estación.