Sexualidad y menores Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Padres, madres, poneos las pilas

Intentad que os cuenten qué porno ven, en qué páginas, qué consideran normal y qué les molesta, les ofende, les da asco. Desdramatizad la cuestión, pero tomadla en serio

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No consigo entender cómo hay aún padres y madres que no hablan de sexo con sus hijos. Que les parece un tema incómodo, desagradable, feo, demasiado íntimo. Como si lo feo, lo incómodo, lo íntimo y lo desagradable no formara parte de la educación que todos los que hemos procreado debemos darles a nuestros hijos. Puedo comprender que no procedemos de una tradición abierta o desinhibida. Que nuestros propios padres no supieron ni qué contarnos ni cómo abordar el tema del sexo, porque ellos procedían de una inopia aún peor, una ignorancia absoluta, lacerante. Pero, precisamente por ello, y porque cada generación tiende a enmendar con sus cachorros aquello que le faltó cuando era como ellos, esperaba de la mía, de la anterior y desde luego, de las siguientes, un poco más de claridad y valentía. Pero no, menuda sorpresa. El sexo sigue siendo para algunos el tabú de tabúes. Hay gente de cuarenta que no sabe cómo hablar de clítoris, de felaciones, de masturbación, que prefiere abstenerse o delegar en otros. Y, mientras tanto, quienes lo pagan caro son los jóvenes, en cuyas manos hemos depositado un aparato diabólico que les conecta con el mundo, con su vastedad inabarcable, con sus mejores y sus peores caras. Les hemos dado el mundo pero no el filtro con que interpretarlo.