Televisión Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Crónica de una muerte anunciada

El público de Ana Rosa no mira la tele por las tardes y allí sigue por las mañanas mirando lo que le pongan, pero no a ella

Ana Rosa Quintana en TardeAR / TELECINCO

El sentido común nos dice que si algo funciona mejor no lo toques. Recuerdo de pequeñita, que teníamos una pizzería en el barrio donde no cabían más de cuatro mesas. Siempre estaba llena y las pizzas eran de escándalo. Un día la cerraron para montar otra más grande a tres calles de distancia. En cinco meses se arruinaron. ¿Por qué lo hicieron? Seguramente por ambición y soberbia. Cuando te crees superior a todos y nada te da miedo, puedes cometer errores garrafales. Algo parecido le ha pasado a Telecinco. Han sacado el programa de más audiencia de las mañanas para ponerlo en las tardes, sacando a su vez el programa de más audiencia de las tardes para pasar a hacer algo parecido por las noches. No ha funcionado nada. Ni la mañana, ni la tarde, ni la noche. Ana Rosa Quintana, la reina de las mañanas deja su trono creyéndose que es inmortal y no conecta con el público de la tarde tan acostumbrado al universo 'Sálvame'. Se lo tenía tan creído, que incluso se atrevió a desafiar a María Teresa Campos unas horas antes de morir alardeando de que siempre la ganó en audiencia. Luego por la noche vimos a un Jorge Javier Vázquez triste y desorientando, intentando defender una copia barata de 'El hormiguero'. Incluso pusieron una mascota para hacer la contra a Trancas y Barrancas. No llegó al mes en emisión. Llegué a pensar que igual se les había colado algún directivo de la competencia en plan caballo de Troya para hundir a la tele más vista en los últimos años.