Décima avenida Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Israel y Hamás: el 7-O y el 11-S

El bárbaro ataque de Hamás tendrá consecuencias más allá del trágico impacto en la vida de inocentes en Israel y Gaza

Directo: guerra en Oriente Próximo

Ilustración. / Leonard Beard

Abundan las comparaciones del bárbaro ataque de Hamás en Israel con el 11-S. Sin duda, el 7-O ha sido un golpe muy duro para Israel y una atrocidad inédita en la larga lista de derramamientos de sangre del conflicto, por encima de antecedentes como la guerra del Yom Kippur en 1973 o la masacre de judíos en Hebrón en 1929 que están marcados a fuego en la historia de Israel y del sionismo. Varios factores convierten en único el 7-O: el alto número de víctimas civiles y uniformadas israelís en un único ataque palestino; el ensañamiento y la brutalidad de Hamás, que ha impactado al mundo y mancha para siempre la causa palestina; la sofisticación del ataque por tierra, mar y aire; la vulnerabilidad del Ejército y de los servicios de información para predecir y detener el ataque; la sospecha fundada de que si bien el ataque es palestino y obedece en primera instancia a las dinámicas de la ocupación israelí de los territorios palestinos, en sus orígenes hay otros actores e intereses y en sus objetivos, una intención geopolítica. Todo el mundo mira a Irán por su conocida relación con Hamás, pero si el mundo de hoy es complejo en sus retos, alianzas y hegemonías (véase Ucrania), Oriente Próximo aún lo es más, y sus madejas de amigos-enemigos-aliados-intereses son muy difíciles de desentrañar. Si el 7-O tendrá una lectura local (palestino-israelí), regional (iraní-saudí-israelí) o global (desafío a la influencia de EEUU), no tardaremos en saberlo. Habrá que estar muy atentos a la frontera norte de Israel.