Nagorno Karabaj

Guerras de doble rasero

Refugiados armenios huidos del Alto Karabaj descansan en el centro de la ciudad de Goris. / KAREN MINASYAN / AFP

Otro frente abierto, o quizá no. La invasión del territorio de Nagorno Karabaj por Azerbaiyán tal vez sea el punto final de este enclave donde vivían miles de ciudadanos que se reconocen armenios. Una guerra de un día, lo cual no es sorprendente después de un bloqueo que cerró el enclave durante meses impidiendo el comercio exterior y la llegada de alimentos e insumos. La población, asfixiada, solo ha tenido que comprobar la violencia con la que se emplean los invasores para huir despavoridos hacia la frontera. Desde aquí nos limitamos a contemplarlo en parte sorprendidos, en parte como si fuera inevitable. Pero la realidad es que la invasión de Azerbaiyán es similar a la de las tropas rusas en el Donbás, que desataron la guerra en Ucrania. De hecho, la diferencia entre una y otra es que lo que está ocurriendo en Nagorno Karabaj no es una guerra, es una limpieza étnica. Se ha forzado a la población a huir y se han demolido casas e instalaciones. Ya no queda nadie. De los 120.000 habitantes del enclave 100.000 están en la frontera armenia.