Aniversario Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Primo de Rivera, burguesía y catalanismo

El golpe de hace 100 años resulta inexplicable sin el apoyo de las organizaciones patronales catalanas, personalidades destacadas de la alta burguesía local y sectores catalanistas conservadores

Miguel Primo de Rivera, un siglo del golpe de Estado del primer populista español

Mataró se convierte en el epicentro del año Puig i Cadafalch

Ilustración de Leonard Beard / Leonard Beard

El golpe de Estado que en septiembre de 1923 dio el capitán general de Catalunya, Primo de Rivera, marqués de Estella, no solo se produce desde Barcelona, sino que resulta inexplicable sin el apoyo de las organizaciones patronales catalanas, personalidades destacadas de la alta burguesía local y de sectores catalanistas conservadores, empezando por el 'president' de la Mancomunitat, Josep Puig i Cadafalch, quien conocía los planes insurreccionales y fue muy sincero al reconocer: “Creíamos que Primo de Rivera resolvería el problema de orden público y por eso lo apoyamos”. El prócer de la Lliga Regionalista, Francesc Cambó, también escribe en sus 'Memorias' que “la dictadura española nació en Barcelona y la creó el ambiente de Barcelona ante la demagogia sindicalista”. Como explica el historiador Alejandro Quiroga, en una biografía sobre el personaje de excepcional interés, “Primo supo integrarse perfectamente en la alta sociedad barcelonesa, interpretando el papel de hombre afable dispuesto a escuchar a todo el mundo y a defender de un modo violento los privilegios de las clases altas”, así como a “emplear la mano dura contra el movimiento obrero” ('Miguel Primo de Rivera. Dictadura, populismo y nación', 2023).