Error del sistema Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Copulad, mujeres, copulad

Llenad nuestra tierra de niños y niñas de piel blanca que hereden nuestra forma de vida. Que no se pierdan nuestros más altos valores

Un grupo de refugiados llegan a la isla de Lesbos en Grecia en octubre del 2015. / AFP / DIMITAR DILKOFF

Lo siento, niño, a ti no te quiero. No me encajan tu color de piel ni tu acento. No quiero ver lo que muestran tus ojos. Ese iris de tierra ardiente, de sangre derramada y de orines que se escapan de puro espanto. No quiero que cuentes de dónde vienes, de ese lugar que los tuyos y los míos -nunca seremos iguales- hemos convertido en inhabitable. Tengo que callarte, entiéndeme, no puede haber confusión. Que nadie sospeche que te gusta mojar las galletas en la leche o que te embobas viendo dibujos en la tele. Que nadie piense que, simplemente, eres un niño.