Arenas movedizas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Abusos y cancelación

En el antes y el después del beso no consentido de Rubiales, algo ha cambiado. Los autores no solo son señalados e investigados. A partir de ahora ya saben que también pueden ser ‘cancelados'

Declaran a Bill Cosby responsable de una agresión sexual en 1975

La justicia británica exculpa a Kevin Spacey de los delitos sexuales contra cuatro hombres

El beso de Rubiales a Hermoso en la entrega de medallas del título mundial.

A raíz del beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, las redes sociales se poblaron de testimonios de mujeres que recordaban cómo las denuncias contra sus superiores por hechos similares cayeron en saco roto en el tiempo en que se produjeron. Conocidos periodistas o representantes del mundo del espectáculo se apresuraron a cerrar sus cuentas y a desaparecer socialmente ante el aluvión de comentarios, muy pocos de ellos amables. En el caso de los testimonios más sólidos, aquellos a los que se iban sumando mujeres —también algunos hombres— que habían sufrido casos claros de machismo en el trabajo, ‘ofertas’ sexuales y acoso laboral, los señalados han acabado arrinconados, cuando no sin trabajo, amonestados por miles de usuarios de internet y no por quien les pagaba, que debieron tomar medidas entonces. Algunos de ellos presumían de feminismo militante. No han vuelto a asomar.