Limón y Vinagre Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Rudolph Giuliani: sudando tinte por Donald Trump

El abogado del expresidente debería haber dejado la escena pública después de ser alcalde de Nueva York, cargo que desempeñó entre 1994 y 2001, y retirarse a los Hamptons, que es a donde se retiran los americanos con pedigrí

"Es muy humillante": Las facturas legales ponen en apuros a Rudy Giuliani, exabogado de Trump

Rudy Giuliani, imputado junto a Trump, se entrega a las autoridades

El asesor personal de Trump y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, durante una rueda de prensa en Washington en noviembre de 2020. / MANDEL NGAN / AFP

Me dijo ayer Feli, el dueño del bar, que Donald Trump ya está vendiendo camisetas con la foto que le hicieron en la prisión del condado, y algún parroquiano respondió que en España podríamos hacerlas con la cara de Rubiales, que nos forramos seguro. Algo semejante podría hacer Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York y abogado de Trump, que también fue fichado hace unos días, y si no se quedó en la cárcel fue porque pagó la fianza de 150.000 dólares. La foto carcelaria de Giuliani no llega a la apoteosis de la de Trump, que aparece mirando al fotógrafo como se miran los boxeadores en el pesaje, pero lo compensa con su sonoro apellido italiano, en Estados Unidos uno entra en la cárcel con apellido italiano y a los pocos días están rodando una serie sobre su vida y la de toda su familia. Además de apellido italiano, Giuliani aparece en la foto con traje cortado a medida, corbata con los colores de la bandera y, por si no quedara claro su patriotismo, luce en la solapa un pin con la bandera. Aunque al final no fueron todos esos detalles patrióticos los que le salvaron de dormir entre rejas, sino su abultada cuenta corriente. En Estados Unidos, la justicia y la sanidad llevan caminos totalmente divergentes: si uno no tiene dinero, no le quieren en el hospital, y si lo tiene, no le quieren en la cárcel. De esta manera, los pobres saben que para tener un techo y tres comidas al día, les sale más a cuenta cometer un delito que ponerse enfermos.