El terremoto interno de Vox, provocado por la dimisión de Iván Espinosa de los Monteros, uno de los fundadores del partido ultraderechista junto con Santiago Abascal, y portavoz parlamentario en la anterior legislatura, abre un escenario de incertidumbre no solo para el futuro de esa formación, también para el conjunto de las derechas y puede que por tanto para todo el escenario político español. Muchas son las incógnitas que plantea esa nueva situación y que quedan por despejar. La principal, saber si Vox ha entrado en un proceso de descomposición como el que llevó a la desaparición de Ciudadanos o si la victoria del ala ultracatólica frente a la neoliberal reforzará las expectativas electorales de un partido que el 23J perdió 19 diputados y más de 600.000 votos. Con la respuesta a ese interrogante, que podría conocerse con relativa rapidez, se sabrá si Vox se consolida o, como parece más probable, si será el PP el que se verá fortalecido al aglutinar de nuevo bajo sus siglas a prácticamente todos los votantes de las derechas.
Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Vox, una crisis que beneficia al PP
El líder de Vox, Santiago Abascal, durante la comparecencia tras la noche electoral.
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