Limón & vinagre

Antonio Hernández, el hombre que susurra a las motos

Se instaló en Santa Coloma y se convirtió en el ‘hombre orquesta’ del barrio de Santa Rosa, donde ha llegado a arreglar cientos, miles de motos, de sus vecinos, a menudo, por un simple abrazo

De izquierda a derecha, Antonio Hernández, Marc Márquez y Santi Hernández.

Don Antonio siempre habla con enorme devoción de su amada Encarna. Siempre. Se fue y aquí le dejó con sus dos hijos, David y Santi, dos locos, dos enfermos, dos sabios de las motos (como él, claro), de todas las motos, de carreras y de calle. Sobre todo, devotos de las clásicas, antiguas e históricas. Esas que Ada Colau nos ha prohibido que paseemos por Barcelona, aunque polucionan cien millones de veces menos que sus cruceros y que, ¡ojalá!, el guay de Jaume Collboni nos deje desempolvar un día de estos.