Apátrida en el Barça

La remodelación del Camp Nou urgía. La decrepitud del estadio era demasiado evidente, por alto que sea el precio del exilio en Montjuïc

Estadio Olímpico de Montjuïc. / JORDI OTIX

No hay nada similar al sentimiento de pertenencia, que arrastra también a una ficticia sensación de propiedad. Como aquel cuento que seguimos tragándonos que dice que el Barça es de sus socios, no de los bancos, los fondos, los inversores o quienquiera que canibalice un fútbol convertido en negocio.