Agua corriente

La mano que da

Fisioterapeuta

A las seis de la tarde en punto toca el timbre. Le gusta ser preciso, le da seguridad. Suele abrir la puerta el padre, teletrabaja desde aquel día. El hombre le ofrece un té, un café, agua… él lo rechaza. Pregunta cómo se encuentra Raúl. Yo creo que un poco mejor, responde el padre. Y aferrado a la esperanza, se despide con un gesto de cansancio. El hombre aprovecha esa hora para ir al gimnasio. La madre llega corriendo al final de la sesión. El jefe la ha entretenido, se excusa. ¿Cómo lo ves?, pregunta ansiosa. Él le comenta con entusiasmo cada mínimo avance.