Escenario poselectoral Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

ERC: estrés postraumático

El golpe de efecto de Sánchez permitió a los republicanos tener que hablar poco de su debacle el 28M y también que ni Junqueras ni nadie en ERC asumiera responsabilidad alguna

El líder de ERC, Oriol Junqueras, y el ’president’ del Govern, Pere Aragonès. / EFE

Aparentemente, las cosas marchaban muy bien para ERC. El último paso en la supuesta buena dirección había sido la ruptura con Junts per Catalunya, que pasaba a los bancos de la oposición. Desde la II República no había tenido ni tanto poder ni controlado en solitario el gobierno de la Generalitat. Un paso adelante más y, soñaban Oriol Junqueras y los suyos, los posconvergentes se hundirían arrastrados por sus contradicciones y ellos lograrían la hegemonía en el campo soberanista. Luego solamente quedaría, con paciencia, torcer el brazo a un PSC encastillado en el área metropolitana de Barcelona.