Los hay que confían todavía en que el adelanto electoral haya sido una jugada maestra de su Churchill madrileño –como si pudiese ser Churchill alguien que ni fuma ni bebe en público– pero mi impresión es que Pedro Sánchez es un boxeador grogui, más parecido a Poli Díaz persiguiendo sombras y recibiendo una tunda contra Pernell Whitaker, que al estadista británico. A Pedro Sánchez le están dando la cuenta de protección, el problema es que, desde su rincón, en lugar de tirar la esponja y ahorrarle más castigo, le animan a seguir peleando. Un buen entrenador sabe cuándo parar el combate, no manda a su púgil a una carnicería.
Elecciones del 23J Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Que vivan los políticos burros
No ha de ser fácil saber cuándo te equivocas, si todos a tu alrededor insisten en negar siquiera tal posibilidad
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras participar en el homenaje a Rodolfo Ares este sábado en Bilbao. EFE/Luis Tejido
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