Me fascina ese fenómeno espontáneo por el que una cierta canción se convierte en un himno que se canta en los campos de fútbol. Pienso en 'Seven Nation Army', de The White Stripes, 'Just Can't Get Enough', de Depeche Mode, o 'Guantanamera' en sus múltiples versiones. Muchos equipos toman la melodía y adaptan la letra a sus jugadores y colores, pero hay un caso de identificación único: 'Viva la vida', de Coldplay. Entre nosotros, se hizo muy famosa como banda sonora del fútbol glorioso del Barça de Guardiola, Messi, Xavi, Iniesta, Busquets, Puyol y todo el grupo. Era 2009, el año del triplete y después del sexteto, y teníamos muchas cosas para celebrar, muchas rúas y muchas fiestas. Cuentan que Pep Guardiola la ponía en el vestuario para motivar a sus jugadores; “nos dio suerte”, decía Xavi en una entrevista.

Solo escribir el título —'Viva la vida'— ya me vienen a la cabeza los violines y el teclado del inicio: son unas notas que me llevan a recordar una época feliz y que a la vez, con los años, se han convertido en una tortura difícil de escuchar. Es el problema de las canciones que acaban siendo himnos populares y además están arraigadas a un momento concreto: el 'kitsch' se apodera de ellas como un virus destructor. Es como la canción del verano, pero todo el año. En 2009 la oímos tan a menudo que era inevitable que se convirtiera en emblema de la felicidad compartida, ese estado de ánimo que eleva los espíritus. Al cabo de poco, todos los disc-jockeys de discoteca sabían que animaba al público más apático, y ya no digamos el bailoteo en el fin de fiesta de una boda. El éxito fue mundial y supongo que en otras latitudes se asociaban a ella otras alegrías, un bienestar facilón.

Messi

Estos días, en los conciertos de Coldplay, seguro que sonará 'Viva la vida'. Hacia el final de la canción, los coros de ese “uouo-uooooo, ouou-uooooo” provocarán la locura colectiva. Quien sepa inglés cantará “that was when I ruled the world” (eso era cuando yo dominaba el mundo) y, como un acto reflejo y cargado de nostalgia, quizá pensarán: “Vuelve, Messi”.