La espiral de la libreta Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Me acuerdo, 'I remember', 'je me souviens'

Sobre los extraños mecanismos con que juega la memoria

Un hombre pasea junto a su perro en la playa del Baixador de Castelldefels / JORDI COTRINA

Hace unos días, la novelista Laura Ferrero (‘Los astronautas’) rescataba de la trastienda la frase que otro autor, Ray Loriga, escribió en ‘Tokio ya no nos quiere’ (1999): «La memoria es el perro más estúpido; le lanzas un palo y te trae cualquier otra cosa». En efecto, echas la caña, te pones a pensar hacia atrás y la bajamar acaba escupiendo lo que le place sobre la arena del tiempo: una lata de mejillones oxidada, un revoltijo de algas, un zapato con hambre... La imagen del perro resulta más simpática y certera, porque el asunto de la pesca va por días: en ocasiones, es un chucho alegre, con el rabo inquieto de las lagartijas, el que se pone a escarbar entre los recuerdos; otras, un caniche obsesivo se emperra en desenterrar un hueso viejo; y las más de las veces, es el labrador de mirada melancólica quien se presta fiel al ejercicio. En cualquier caso, no hay palo más competente que la consigna «me acuerdo de…».