El desliz Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Creer te sale a devolver

El Constitucional avala que no se pague con fondos públicos la segregación de aulas por sexos, mientras que el Gobierno amplía a otras confesiones religiosas los beneficios fiscales que disfrutan las mayoritarias

Un grupo de niños en el patio del colegio

Resulta que el Opus Dei camina hacia el marxismo. De Groucho. El colegio mallorquín Aixa-Llaüt, que es el único de la isla que todavía segrega a sus alumnos por sexos, va a dejar de hacerlo el curso que viene para no perder los 2,4 millones de euros de dinero público que recibe. Esos eran sus principios, pero si no gustan dispone de otros, o sea. Tenían un precio toda esa defensa del derecho de los padres a elegir cómo educar a su descendencia y los estudios pedagógicos que se esgrimían para sustentar la directriz consistente en los chicos con los chicos, la chicas con las chicas. Un precio que paga con sus impuestos el sufrido contribuyente que manda a sus hijos a las aulas prefabricadas de la escuela pública, o a centros con patios que parecen haber sido bombardeados, y que nunca consiguen las plantillas de docentes y refuerzos para atender a la diversidad que establece la ley. Un contribuyente que incluso si votaba mayoritariamente opciones políticas que rechazan de forma expresa la separación de los estudiantes por mor de su biología se encontraba apoquinando para mantener y sostener este principio didáctico chiripitifláutico. Porque durante años los estamentos judiciales protegieron la discriminación como una opción admisible que correspondía pagar con fondos públicos, hasta que ha llegado el Constitucional y ha resuelto que no. Considera impecable una ley que como la Lomloe obliga a respetar un modelo de coeducación para los colegios que disfrutan de algún tipo de concierto.