Gárgolas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Dios, Job y Ana Obregón

No me detengo en el debate ético (aunque me parece un gesto abominable), sino en sus declaraciones: “Me cansé de negociar con Dios durante la enfermedad de mi hijo. ¿Fue culpa mía, su muerte?”

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Uno de los dichos más falsos de la historia es el que nos habla de la paciencia de Job. No es cierto. Job no tuvo paciencia. O, mejor dicho, 'Job', uno de los textos más bellos de la Biblia, un libro poderoso, literariamente extraordinario y asombroso, no nos habla de las desgracias que Job sufre, referidas apenas en los dos primeros capítulos, sino que está fundamentado en diálogos y poemas que, sobre todo, nos abocan a la presencia del Mal, al silencio de Dios, a la forma que tenemos los humanos de afrontar las desgracias. He retornado a él estos días. Un breve resumen. El Acusador (Satanás) reta a Dios a comprobar la fidelidad y la fe de Job, porque “lo has rodeado de un cercado para protegerlo, a él, a su familia y todos sus bienes” y, sin este “contrato” (si yo me porto bien, Tú me protegerás), se desatará su ira y renegará del Altísimo.