La ética se nos escurre entre los dedos cuando la desigualdad impacta en nuestras manos. La imagen de Ana Obregón saliendo en silla de ruedas con ‘su’ bebé quizá nos remueva las entrañas, pero no nos descubre nada nuevo. Sabemos de sobras que existen los vientres de alquiler y basta con detenerse a pensar un poco para imaginar todas las posibles situaciones que pueden comportar. Incluso las más desagradables. O las más tristes. Como ese desconsuelo ciego, amargo y hambriento que exhibe Obregón proclamando “ya nunca volveré a estar sola”.
Error del sistema Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Todos compramos niños
La ética se nos está escurriendo por los sumideros de la desigualdad extrema. Nos olvidamos de ella cuando vestimos y comemos
Un niño, obligado a trabajar.
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