El ministro Escrivá cuadró el círculo logrando una reforma de las pensiones del agrado de la Comisión Europea, Podemos y los sindicatos. Quedó fuera la patronal y el PP está sumergido en la duda entre ponerse del lado de la CEOE o de Bruselas. La seriedad del economista riguroso que es Escrivá está siendo emponzoñada por el situacionismo de Sánchez, para quien no existe otro principio inviolable que su supervivencia en el poder. De manera que el paso del tiempo va poniendo en evidencia los efectos colaterales de ese juego de magia del acuerdo con Podemos y la UE.