Es una novela que engancha. No puedes dejarla. Te atrapa en cada página. La prosa laudatoria de las contracubiertas suele buscar estos tópicos, y el lector no siempre se fía. Hay un prejuicio, bastante verificable, que asocia las novelas "trepidantes" con una ligereza del estilo, cuando el autor no quiere que tropieces y todo el camino es llano. Pero por suerte no es siempre así. Ahora mismo llevo 150 páginas de 'Mañana, y mañana, y mañana', la novela de Gabrielle Zevin (AdN, en catalán en Periscopi), y tengo esa sensación: no puedo dejarla. Y no es una simple novela comercial, no.
Literatura Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Ficción, y ficción, y ficción
La novela de Gabrielle Zevin habla de los límites de la amistad. No es, pues, un tema original, y ahí está parte del secreto: quizá la leemos como quien relee otras historias ya conocidas
La escritora Gabrielle Zevin, en Barcelona. /
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