Limón & vinagre Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Rosalía: una niña, una moto y la visceralidad

Rosalía declara su amor por Alejandro y recupera su “fe en la masculinidad”, porque este chico resulta que “no teme amar ni ser amado”

Rauw Alejandro y Rosalía en el Twitch de Ibai Llanos

Quizá el secreto de Rosalía, de su potencia artística y de la capacidad de afrontar retos cada vez más arriesgados, debamos ir a buscarlo en su infancia, cuando iba con una Beta Junior de trial por los bosques de los alrededores de Montserrat. O cuando sus padres se la llevaban a las concentraciones comarcales de fanáticos de las Harley Davidson. Hay testimonios gráficos que lo corroboran y ella misma reconoce que el trial o el enduro, más exigente, forman parte de su educación sentimental y de la forma que tiene de entender la vida y la música. Las cosas que merecen la pena, según Rosalía, son aquellas que te dan un poco de miedo al principio, las que te llevan al borde del abismo, como esas excursiones motorizadas de pequeña.

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