Hay que agradecer a los cuatro geeks que inventaron las redes sociales su intención inicial, perfectamente loable y con la que uno se identifica fácilmente, que no era otra que follar más. O follar, sin más. Basta ver el aspecto friki que estos pioneros lucían hace veinte años para confirmar que la necesidad agudiza el ingenio. Mi generación se ha beneficiado de esa tecnología -las nuevas no han conocido otra cosa- y ha visto cómo las puertas de determinados chiqueros de nuestra existencia se abrían por obra y gracia del progreso, que no del progresismo, que es otra cosa mucho más contingente y borrosa. Estos inventos han sido al sexo lo que el AVE a los transportes o la Thermomix a la cocina. Han acelerado trámites vitales antes farragosos y burocráticos, y nos han ahorrado el mal trago de tener que hablar por teléfono con un registrador de la Propiedad o un general de División, para que por favor nos pasara a su hija. Benditos sean.
Le Fumoir | Artículo de Javier Puga Llopis Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Metaverso sin poesía
El mundo es hoy una 'rave' de exhibicionistas en que cada loco parece estar hablando con sus amigos imaginarios
Demostración de una clase en el metaverso en el 4YFN 2023. /
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