La otra noche entraba en escena la divina Blanca Portillo y arrancaba su monólogo 'Silencio' cuando se oyó un tono de llamada de móvil. Pude notar cómo me subía el cortisol, en respuesta al estrés del momento, y todos los nombres del cerdo me venían a la punta de la lengua. Docenas de espectadores se revolvieron imperceptiblemente en sus asientos, reaccionando a la grosería. Aunque la interferencia duró poco, costó volver a la función. Meternos en el sofisticado texto de Juan Mayorga que adapta su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua, y que aborda precisamente el significado de la ausencia de ruido, de lo que no se dice. Qué hartazgo de trastos. Dejen mudos los teléfonos de una maldita vez. Nos lo recuerdan en el cine y en el teatro, y no hay manera. O suenan o te los plantan delante de la jeta.
Artículo de Pilar Garcés
Bob Dylan apaga todos los móviles
La gira española del también nobel de Literatura incluye 12 conciertos libres de teléfonos, para que el público disfrute del momento «sin la muleta tecnológica». Un pequeño respiro
El cantante Bob Dylan /
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