Cuando aprendo una nueva palabra que no conocía tropiezo con ella por todas partes. Mi mujer se quedó embarazada y era como si la calle se hubiera llenado de embarazadas. Igual cuando luego empujábamos el carrito: atascos de carritos, choques de carritos, bloqueo de carritos en el ascensor; y cuando me compré un jersey verde todo el mundo iba de verde. Cosas que siempre han estado ahí de pronto te saltan a los ojos. Basta con fijarse. Me pasa también con las falacias. Detectada una, caigo en la cuenta de hasta qué punto era de uso común.
La hoguera | Artículo de Juan Soto Ivars Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El odio es ciego
En lugar de plantearnos si el oponente tiene razón en algo, es más cómodo convencernos de que está enfermo de odio
Protesta del colectivo LGTBI en Venezuela /
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