Artículo de Agnès Marquès Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Saber vivir

En poco tiempo y sin motivo alguno han caído en mis manos tres libros sobre el duelo que entrenan para la vida

Chimamanda Ngozi Adichie en el CCCB. / ALBERT BERTRAN

Una no sabe cuándo empezar a leer un libro que hable del duelo (no me refiero a los libros de autoayuda, sino a los relatos en los que el autor o autora se abre en canal para explicar su duelo en primera persona): si cuando he sufrido la pérdida de un ser querido o cuando ese escenario es todavía una sombra en el horizonte que intento apartar, como si fuera un molesto efecto óptico. Como molesta, parece que nunca es buen momento. Sin embargo, en poco tiempo y sin motivo alguno me he precipitado en tres lecturas de este tipo. Y utilizo ‘precipitar’ con toda la intención del mundo: cada uno de ellos es un abismo, pero de los que he salido renacida. El primero fue ‘Sobre el duelo’, de Chimamanda Ngozi Adichie, un título demasiado ensayístico para lo conmovedor que es. Ngozi da cuerpo a un dolor difícil de describir: la muerte del padre vivida a miles de kilómetros de distancia, obligada por los rigores del covid. La soledad y la ira que despiertan el sol saliendo cada día, las calles llenas de gente, las palabras de consuelo que no consuelan. Esas que no sabemos acertar ante el moribundo emocional que ha sobrevivido a la muerte de un ser querido.

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