Artículo de Joaquim Coll Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Negreros catalanes | Nuestro oscuro pasado

Evidentemente, no se puede decir que toda la burguesía catalana fuera esclavista, ni que fuera fue un caso único en España o Europa, pero no por ello se pueden esconder los episodios que hoy nos generan vergüenza colectiva

La plaza de Antonio López, en Barcelona, antes de la retirada de la estatua del primer marqués de Comillas, Grande de España, naviero y traficante de esclavos en el siglo XIX. / JOAN PUIG

El documental ‘Negrers, la Catalunya esclavista’ emitido en TV-3 ha suscitado polémica, sobre todo en redes sociales, donde ha levantado la ira de los usuarios identificados con el separatismo más radical, que han acusado a la televisión pública catalana de tergiversación histórica y generar autoodio. Para esos grupos, si acaso, los catalanes no traficábamos en calidad de catalanes sino de españoles. Se trata de una lógica demencial, pero consustancial al pensamiento supremacista e hispanófobo de esos sectores. El audiovisual seguramente también habrá incomodado a muchos telespectadores nacionalistas, cuya visión de la historia es deudora de un cierto romanticismo, donde los catalanes o son héroes o son víctimas, pero nunca los malos de la película. La divulgación histórica desde el nacionalismo siempre ha preferido cultivar el conflicto con la monarquía hispánica o el Estado español, a lo largo de las etapas moderna y contemporánea, presentando a la sociedad catalana como un todo, un solo pueblo, y casi nunca abordando los momentos de conflicto interno, y ya no digamos aquellos episodios que hoy nos generan vergüenza colectiva, como el que el audiovisual presenta.