Estaba diciéndole a Helena por qué hay momentos del día en los que hay darse prisa, y bostezó. Pasé entonces a explicarle por qué se considera de mala educación que se te abra la boca cuando alguien se está dirigiendo a ti, y lo que ocurrió a continuación es que bostecé yo. Me quedé sin discurso. Da igual en qué momento llegue: el bostezo siempre te desarbola. Es un ataque contra ti, llevado a cabo por ti. Me tuve que limitar a gritarle, sucesivamente, «Desayuna rápido», «Lávate rápido», «Vamos a llegar tarde», «Vístete rápido», «Acaba de una vez». A estas alturas es bastante ingenuo pensar que una persona puede llevar una vida sin que se le abra la boca inesperada, fortuitamente, una vida libre de cansancios, hastío, aburrimiento, hartazgo, desidia, incluso asco.
Parece una tontería | Artículo de Juan Tallón Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Bostezando
Bostezar representa solo la humilde, pírrica victoria del cuerpo humano sobre el mundo que lo rodea, y que a menudo es un tostonazo
BOSTEZO
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