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El Reino Unido, con el agua al cuello

Rishi Sunak. / TOLGA AKMEN / EFE

Los rejoiners son un nuevo espécimen nacido de la decepción por las consecuencias del Brexit. La serie de problemas de índole económica y social -dos caras de la misma moneda- que afronta el Reino Unido desde que entró en vigor el Brexit ha multiplicado el número de partidarios de regresar a la Unión Europea -ellos son los rejoiners- que reflejan la media de las últimas encuestas: el 57% de los británicos votarían hoy por el reingreso si tal marcha atrás se sometiera a referéndum. La demagogia de los brexiters, que en 2016 presentaron la salida como el único modo de recuperar la soberanía perdida para hacer del país una plataforma para los negocios en el vestíbulo de Europa sin grandes exigencias fiscales, ha complicado grandemente las exportaciones a los Veintisiete, el primero de sus destinos, ha dañado las cadenas de suministros y ha descoyuntado el mercado de trabajo. Un marco de referencia que ha hecho reaparecer en los análisis la expresión “enfermo de Europa” aplicado al Reino Unido justo cuando las previsiones del Fondo Monetario Internacional prevén que, entre las grandes economías, solo la británica experimentará recesión en 2023.